Era una tarde apacible de un domingo 3 de diciembre de
2017, en el Puerto de la Cruz, cuando fotografié este monumento por primera
vez, aunque ya lo conocía desde mi niñez. Siempre había estado en mi memoria,
como un recuerdo entrañable, de un tiempo que ya pasó y que no se volverá a
recuperar. Aquella estatua de aquel artista que no terminaba de pintar, cautivó
mi imaginación infantil, porque compartíamos la pasión por el dibujo y la
pintura, a pesar de vivir en épocas distintas. Sabía que algún día buscaría la
historia de aquel personaje singular; sin embargo, otras investigaciones fueron
circulando, durante años, por mi horizonte profesional, hasta que llegó al fin,
el momento oportuno de tratar este asunto, con todo lujo de detalles.
Detrás de la plaza del Charco, encontramos la plazoleta de
la calle José de Arroyo, con un pequeño jardín, que alberga esta composición
artística, formada por tres pilares de hormigón armado, revestidos con placas
de mármol verde grisáceo; dos altos, respaldando a la escultura protagonista, y
uno bajo, a modo de pedestal; el cual soporta la figura de bronce; un busto
prolongado hasta las caderas. Una representación del aspecto del pintor
Francisco Bonnín, que aparece elegante, con una camisa de manga baja; portando
en la mano derecha un pincel, y en la izquierda una paleta de tipo riñón; que
no es precisamente la más adecuada para la acuarela; ya que en esta técnica se
recomienda: la paleta de tipo estuche, en donde se mezclan los distintos
colores con el agua, en unos recipientes pequeños.
El rostro es sereno e inquisitivo, bien marcado el
entrecejo y los párpados; los cuales expresan su deseo de profundizar en las
cosas, su fuerza y su emoción por analizar el horizonte. Se ha tratado con
esmero el bigote, con las puntas levantadas, y la barba bífida. Me extraña un
poco, que no se representara su atributo característico, las gafas con montura
redonda, que se podrían haber realizado con algún metal duradero.
El monumento fue promovido, gracias a una propuesta del
concejal Ismael Hernández Hernández. La ejecución de la obra y su diseño se
encomendó al escultor Enrique Cejas Zaldívar (1915-1986). El presupuesto
inicial se valoró en 600.000 pesetas; así consta en el punto XXII de la sesión
ordinaria, del Pleno del Ayuntamiento, el 27 de enero de 1975. Y el domingo 18
de julio de 1976, a las cinco y media de la tarde, se procedió al acto de
presentación de esta obra artística, asistiendo la corporación municipal;
siendo alcalde Antonio Castro García; los familiares del homenajeado; y
muchas personalidades de la vida artística y cultural de Tenerife.
Existe un panel conmemorativo debajo de la estatua, con dos
errores lamentables, referentes al natalicio del pintor, el “12-5-1894”, y a su
defunción el “10-8-1963”. En realidad, Bonnín nació el 12 de mayo de 1874, en
Santa Cruz de Tenerife, y falleció el 10 de septiembre de 1963, en el Puerto de
la Cruz. Por cierto, ya era Hijo Adoptivo de la ciudad turística. Además,
estaba casado con Luisa Miranda Reverón, natural de esta localidad, desde 1910.
Espero que algún día, en el futuro, alguien pueda rectificar la inscripción.
Francisco Bonnín Guerín (1874-1963) fue sin duda, el
maestro indiscutible de la acuarela, el pintor acuarelista por antonomasia, del
paisaje y de los rincones canarios, en su cuantiosa obra pictórica; incluso
llegó a captar con su destreza, determinados lugares de la Península. En su
extensa vida experimentó todo lo posible, con la técnica al agua sobre cartón,
recibiendo las influencias, como un proceso estilístico, con el afán de avanzar
más, en su propia evolución, en la manera de representar el paisaje, a través
de la luz y el color, visto y sentido desde un filtro sensitivo especial. No
copiaba lo que veía, lo interpretaba “luminosamente”. No deseaba encasillarse en
el mismo motivo, ni romperse a sí mismo. Aunque la gente común, popularmente,
lo valoró más por el “tipismo” de sus rincones rurales, o de aquellos sitios
bellos e impresionantes, de montañas y marinas.
Acuarela sobre cartón: Vista de Puerto de la Cruz.
Pintada por Bonnín, en la década de los 30, del siglo XX.
Bonnín: La ermita de Gracia de La Laguna.
Década de los 40, del siglo pasado.
Hay que destacar el comentario que redactó su amiga Dulce
María Loynaz, en 1957, cuando el artista contaba con 83 años; dentro del
capítulo XIX del libro Un verano en
Tenerife; que la poetisa cubana dedicó, a la personalidad y al estilo del
prestigioso pintor. A continuación, me atrevo a reproducir un fragmento, de esa
acertada descripción estilística:
“No es que él pinte
el paisaje canario trasplantándolo simplemente (…), no es que él lo retrate o
lo copie con pincel certero, es que él devuelve ese paisaje a un estado de
gracia, a una transparencia luminosa sin mancha original.
(…), su
paleta refresca los azules y los sepias, filtra colinas y horizontes, fija una
sal desleída en el ambiente, un mineral de entraña ya perdido.
Pinta don
Francisco, y la isla vuelve a nacer del mar con sus montañas tiernas sin nombre
todavía, y sus acantilados recortando por vez primera su sombra sobre el agua
(…).
Pinta y un
aura mágica sube en torno como la bruma sobre el Teide, pero una bruma que en
vez de borrar las cosas les rescatara su perfil exacto.
El maestro
es un anciano pulcro y delicado, muy erguido en su sonrisa de niño, muy niño en
sus ojos azules”.
La obra pictórica de Bonnín se concibió en su inicio,
dentro del realismo español de finales del siglo XIX; luego se percibe el
influjo anglosajón, por su estancia y por la clientela, en el Puerto de la
Cruz, en el primer cuarto del siglo XX. A partir de la década de los 30 de
aquella centuria, se inspiraría en el expresionismo del pintor alemán Bruno
Brandt (1893-1962); el cual dejará huella, en ciertos elementos, o efectos de
color antinatural, cuando le conviene emplearlo, en algunos cartones,
provocando un contraste colorista, o esa pincelada más suelta.
Dos modelos de paleta tipo estuche,
ideales para pintar con acuarela.
ideales para pintar con acuarela.
Francisco Bonnín fue un hombre polifacético: músico,
químico, decorador, pintor acuarelista, maestro de acuarela, militar, fundador
del Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, también de la Agrupación
de Acuarelistas Canarios, y promotor de actos culturales. Participó en muchas
exposiciones y recibió numerosas condecoraciones, entre ellas destacaré algunas:
1900 Obtiene la
medalla de plata, en la Exposición Regional de Pintura de Segovia.
1906 Nombrado Socio
de Honor, del Real Club de Santa Cruz de Tenerife.
1918 Se le concede
la Cruz sencilla, de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.
1920 Hijo Adoptivo
de Puerto de la Cruz.
1924 Inaugura una
exposición, en el Ateneo de Gerona, con paisajes de esta ciudad, y de Tenerife.
1928 Socio de
Honor, de la Agrupación de Acuarelistas de Cataluña.
1929 Expone en el
Círculo de Bellas Artes, acuarelas de Tenerife, Guipúzcoa, Galicia y Cataluña,
durante la Fiesta de Mayo. Adquiere la medalla de oro, por una de sus acuarelas
en Sevilla.
1934 Primer accésit
en la Exposición Nacional de Acuarela.
1944 Encomienda con
Placa, de la Orden de Alfonso X el Sabio.
1945 Placa de
Comendador, de la Orden del Mérito Civil.
1947 Funda la
Agrupación de Acuarelistas Canarios, en el Círculo de Bellas Artes de Santa
Cruz de Tenerife. En este mismo año es nombrado Académico, de la Real Academia
de Bellas Artes de San Fernando (Madrid).
1954 Medalla de
Honor de Tenerife.
1957 Su acuarela San Diego del monte, logra la medalla de
honor, en la Exposición Nacional de Acuarela (Madrid).
Referencias bibliográficas:
CORRESPONSAL: “Puerto de la Cruz rindió homenaje
al acuarelista Francisco Bonnín”, en El
Día, 20 de julio de 1976.
FUENTES, Pedro Antonio: “Puerto de la Cruz –
Francisco Bonnín tendrá un monumento en la ciudad que divulgó en sus
acuarelas”, en El Día, 20 de febrero
de 1975.
GONZÁLEZ COSSÍO, Carmen: Bonnín – Francisco Bonnín, Biblioteca de Artistas Canarios,
Viceconsejería de Cultura y Deportes, Santa Cruz de Tenerife, 1993.
GÓNZALEZ REIMERS, Ana Luisa / GONZÁLEZ COSSÍO,
Carmen: Francisco Bonnín y Dulce María
Loynaz – Convergencia artística en el Puerto de la Cruz, Sala de
Exposiciones del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias, Puerto de la
Cruz, 11 al 31 de octubre de 2002.
KÖNIG, Hans: Calles
y plazas narran la historia y anécdotas del Puerto de la Cruz (trad. por
María Mercedes Álvarez), Puerto de la Cruz, 2002.
LOYNAZ, Dulce María: Un verano en Tenerife, Viceconsejería de Cultura y Deportes, Santa
Cruz de Tenerife, 2002.
PÉREZ REYES, Carlos: Escultura canaria contemporánea (1918-1978), Cabildo Insular de
Gran Canaria, 1984.
TRUJILLO RODRÍGUEZ, Alfonso: Francisco Bonnín – Sentimental y acuarelista, Confederación de
Cajas de Ahorro, Santa Cruz de Tenerife, 1974.
Centros de Documentación visitados, en los cuales se conservan los libros y los dos artículos, así como el
acuerdo plenario:
-Archivo Municipal de Puerto de la Cruz.
-Biblioteca Pública Municipal de La Orotava.
-Biblioteca Pública Municipal de La Victoria de Acentejo.
-Biblioteca Pública Municipal de La Laguna.
-Biblioteca del Centro de Documentación de Canarias y América, La Laguna.
-Biblioteca de la Universidad de La Laguna, Campus de Guajara.
Agradezco al personal de estos centros, por el buen trato recibido y por su
profesionalidad.