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Espacio Historia del Arte

Blog Educativo (Formación + Investigación): Conocer para valorar

jueves, 7 de agosto de 2014

¿Cómo investigar y no morir en el intento?


Realmente no es una pregunta exagerada. Más allá del asombro inicial, se nos revelará una trama muy espinosa. Dicen que la experiencia es la madre de todas las ciencias. Y yo estoy de acuerdo con esta expresión. Tras muchos años de indagaciones, uno mismo, ya puede tratar estas cosas con madurez. ¿Alguna vez te has preguntado, si todo lo que está escrito en los libros, es completamente cierto? Cuando era un niño tenía varias dudas, y buscaba explicaciones por todas partes. Luego, en mi adolescencia, diversos elementos respetables, se derrumbaron delante de mi fachada. Y en el interior de mi mente; aún indeterminada; los procedimientos cambiaban paulatinamente. Con el período adulto, todas las controversias surgieron de nuevo; conducidas por métodos específicos; y fortalecidas por una serie de datos inéditos. Teniendo en cuenta siempre: que un buen consejo, te puede servir durante el transcurso de tus aventuras.

No pretendo poner en tela de juicio: a todos los libros de las librerías y de las bibliotecas. Los autores son inocentes, hasta que no se demuestre lo contrario. Sin embargo, algunos agentes secretos consideran a todas las personas, sospechosas de algo delictivo. Dejando a un lado, la desconfianza internacional del espionaje masivo; que examina nuestros móviles y nuestros correos electrónicos; sin nuestra conformidad; en aras de la seguridad de los países avanzados; supuestamente amenazados, por grupos de extremistas. Inmediatamente aprovecho la ocasión, para saludar cordialmente, a mis queridos espías de Mountain View (California). Ellos se divierten leyendo mis escritos y viendo los vídeos de mi blog. Me alegro de poder entretenerles con mis cosas. Yo sé que están ansiosos, por ver el mapa auténtico de las minas de Salomón; pero no seré tan ingenuo, de colgar aquí, una cosa tan valiosa, en una bitácora vanguardista.


Antes de leer cualquier libro, debemos plantearnos tres preguntas fundamentales: 1-¿Quién es el autor? 2-¿Por qué lo ha hecho? 3-¿Y para quién hizo la obra? La primera cuestión se resuelve con facilidad, leyendo la portada. Después necesitaremos un currículo, o una biografía del hipotético individuo, así como una lista de sus publicaciones anteriores. Con ello podemos establecer la línea de pensamiento del escritor. ¿Es un conservador, o un liberal consumado? En cuanto a las otras cuestiones, se precisan más pistas, que estarán dentro y fuera del libro. En la bibliografía hallaremos las fuentes secundarias consultadas; las cuales nos conducirán a las primarias; que sin más preámbulo; tendremos que inspeccionar con una lupa especial; en los archivos públicos o privados. Esta labor difícil y meticulosa, no está al alcance de cualquiera, y requiere de muchas horas, días, semanas y meses, en su examen profundo. De este modo veremos: si hay una verdad interna, una manipulación parcial, o una falsedad total.


Todo lo que se escribe, no se publica. En el caso de un trabajo estudiantil; escrito por obligación; formando parte de una práctica evaluable; el producto queda en manos del profesor de la asignatura. Aunque algún listillo, lo puede usar con posterioridad. En lo que concierne a las ediciones de libros, de ciertos “eruditos”, solamente verán la luz pública, aquellas obras que interesan a los promotores y patrocinadores. Estando sus opiniones y sus pretensiones, por encima del autor y de la trayectoria de una editorial. Si hay dinero de por medio, se divulga lo que sea. A veces, sin tener en cuenta la calidad, ni la rentabilidad comercial. Pues si lo paga una entidad relevante, poco importará: si se vende o no; ya que muchos volúmenes terminan empaquetados, en cajas de cartón, en el cuarto de los ratones. Y la ignorancia preferirá: tirar los libros a la basura, que regalarlos a los más necesitados; culturalmente. Sabiendo que las obras impresas son muy caras, generalmente.

La búsqueda de la verdad, acerca de un tema concreto, es la misión de un investigador efectivo; ya sea: un historiador, un periodista, un detective, o un agente secreto. La veracidad se consolida con las pruebas palpables, y el exacto apoyo documental. Esta indagación la llevará a cabo el explorador; por su propia cuenta; o por encargo de una persona solvente; para un organismo público o privado. Si esa investigación diera como resultado: una verdad impresionante, podría estremecer los cimientos de una institución, la convivencia pacífica de una comunidad, e incluso: la quiebra de nuestro sistema convencional. Provocaría un cataclismo de consecuencias incalculables. Por lo cual, en determinados casos, la verdad se oculta bajo la tierra; se destruye rápidamente; o se pierde lentamente; por el deterioro de los documentos, con la complicidad de sus fieles guardianes. Debido a ese temor inevitable, muchos inocentes están acostumbrados a leer y a escuchar, mentiras cautivadoras.


Hace un par de semanas, aproximadamente, un emisario me sugirió: “Sería mejor que te olvidaras de ese asunto polémico. No cuentes tu descubrimiento a los cuatro vientos, porque recogerías tempestades. Mira que tus adversarios no han dejado de rezar por ti. Ellos quieren que tú desaparezcas de una vez. Tú y tu blog. No duermen por las noches, con el recuerdo de tus palabras. Algunos cerebros de la Villa están en vilo”. Yo le miré con frialdad, y expuse lo siguiente: “Sí, tienes razón en una cosa… El eco de sus oraciones ha llegado a mis oídos. Mas yo no les tendré en cuenta, esos pecados insignificantes; ya que ellos no saben lo que dicen. Pues viven engañados. Y en cuanto a mi futura desaparición, desconozco la fecha. Ese acontecimiento no depende de la voluntad de ellos, ni de la mía; sino de las estrellas. Y mientras Blogger exista, mi bitácora también permanecerá; conmigo, o sin mí”.

Cuando finalicé mi declaración, el personaje inclinó la cabeza; guardó silencio; retrocedió y se esfumó del lugar; envuelto en el manto de la noche. Parece que mis contrincantes tienen miedo a lo desconocido… Y aún no han visto la tormenta… ¿No han puesto a un espadachín de otro pueblo, con casco y escudo, al frente de su tropa? Ya veo que han cerrado las puertas del castillo. Una pura metáfora escrita en clave. No sufran… No se desesperen… Algún día se sabrá la verdad, sobre todos los actores de esta comedia. La autenticidad de nosotros mismos; la cual romperá las cadenas de la manipulación histórica. Y tú que estás leyendo, ¿te atreves a investigar?