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lunes, 6 de mayo de 2013

Fuente del Tritón en Roma


Este monumento acuático está en la plaza Barberini (antigua piazza Grimana), en el barrio del Quirinal (Roma, Italia). La fuente del Tritón (Tritone) es una atracción turística, para cualquier visitante que ponga sus pies, en la ciudad eterna y fotogénica. Sobresaliendo por su “efecto sorpresa”; algo sustancial al arte barroco y que cultivaron algunos artistas geniales; como Gian Lorenzo Bernini (1598-1680): el autor de esta fontana famosa, que realizó entre 1642-1643, por encargo del papa Urbano VIII (1623-1644); utilizando el travertino; una piedra natural distinta al mármol, y con el cual suele confundirse. En aquella época, el pontífice le había encomendado también: la terminación de su palacio Barberini. En la actualidad alberga la Galería Nacional de Arte Antiguo.

El polifacético Bernini era el responsable supremo del arte pontificio, el director de la fundición del Castillo de Sant’Angelo, el comisario e inspector de la Piazza Navona, y superintendente del Acqua Felice. Este genio dominaría la escena artística romana, durante más de cincuenta años. Trabajó como arquitecto, escultor y pintor. Llegó a disfrutar de la estima constante de siete papas. Y sus obras escultóricas se forjaron, en el profundo estudio de la naturaleza, la expresión y los detalles de la superficie de sus creaciones. La captación de la textura de la piel y del cabello en el mármol, no ha sido superada por otro escultor posterior. Podemos asegurar rotundamente, que Bernini alcanzó la cúspide de la técnica escultórica.

En el Detroit Institute of Arts (DIA; Míchigan, USA) existen dos bocetos en terracota, que representan el prototipo de esta fuente, y que han sido atribuidos a la mano de Bernini. En ellos se plasman los delfines entrelazados y el robusto Tritón. Los animales acuáticos están caracterizados, según la forma heráldica convencional, y no como son al natural. Esto vuelve a repetirse en la fontana de la plaza. Por lo cual, deducimos que el artista no pudo conocer unos delfines auténticos. De hecho, si los hubiera contemplado, seguro que los habría moldeado exactamente.

La fuente del Tritón se estableció en los límites de un viñedo de Urbano VIII, con el objetivo de suministrar agua del acueducto Acqua Felice; restaurado por un mandato suyo. Esta obra artística conmemoraría este hecho, y materializaría un deseo del papa Barberini. Un capricho más del pontífice; que alimentó la imaginación de Bernini, con un pasaje de las Metamorfosis de Ovidio; describiendo un momento posterior al diluvio universal: “También se aplacó la ira del mar: el dios de los océanos depone su arma de tres puntas y calma las aguas. Luego llama al azul Tritón, quien emerge de las profundidades con los hombros cubiertos de múrices que crecen en su piel, y le ordena que sople en su sonora caracola para que, dada la señal, haga regresar ya a las olas y a los ríos. Coge aquél su hueca y enroscada caracola que se ensancha en espiral desde el extremo, caracola que, cuando recibe su soplo en medio del mar, inunda con su voz las costas a uno y otro lado del Sol” (Libro I, 87-88, Espasa, 2004).

Según la mitología clásica, Tritón era un dios marino; un híbrido de hombre y pez; hijo de la nereida Anfítrite (Anfitrita) y del dios Poseidón (Neptuno para los romanos). A menudo aparece en el séquito neptuniano; compuesto de nereidas y de otros tritones.

El perímetro de la planta del estanque (la base de la fontana), se articula en formas convexas; en la cabecera y en los pies; rectas en los laterales; y cóncavas en las diagonales. No es precisamente lo más relevante. Lo que llama poderosamente la atención, corresponde al soporte y a la parte superior de la fuente. Cuatro delfines son los elementos sustentantes; con sus bocas abiertas y sus ojos saltones; elevando sus colas; para sujetar las llaves pontificias y la gran taza. Podemos ver una tiara y una cartela, con las abejas emblemáticas de los Barberini. La propaganda de Urbano, de su propia gloria y de su vanidad. Los cetáceos poseen una gracia especial; simulando unos juguetes fabulosos.

Encima está el receptáculo acuático; que no es una taza común; como en otras fuentes; sino que se trata de un enorme molusco bivalvo (petrificado). Es decir, un marisco de dos conchas, que se denomina “venera”. Normalmente habita en aguas profundas y cerca de la costa. En España, Uruguay, Argentina y Venezuela, se conoce por “vieira”. El “efecto sorpresa” consiste en representar: el instante posterior a la apertura de la venera; que nos muestra en su interior, al protagonista del surtidor. El robusto Tritón está sentado en cuclillas, y tiene dos piernas escamosas, que finalizan en cola de pez. Destaca su torso y sus brazos hercúleos; los cuales sostienen la gran caracola que está soplando. Y de la cual surge un chorro del líquido elemento.

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